Aplicaciones endoscópicas en la cirugía orbital
Dacryocystorhinostomía
SISTEMA LACRIMAL
Las lágrimas son creadas por la glándula lagrimal y después de lubricar el ojo fluyen a través de un sistema de canales hacia la nariz. El sistema lagrimal consiste de los canalículos, el saco lagrimal y el conducto nasolacrimal. La obstrucción adquirida del conducto nasolacrimal puede ocurrir como resultado del trauma maxilofacial, sinusitis o enfermedad inflamatoria sistémica. Los síntomas comunes de la obstrucción nasolacrimal son la epífora (lagrimeo anormal) y dacriocistitis (infección del saco). El tratamiento definitivo requiere un procedimiento quirúrgico que conecte el saco lagrimal directamente con la cavidad nasal, obviando el conducto nasolacrimal. Este procedimiento quirúrgico se conoce como dacryocystorhinostomía (DCR) y se ha realizado tradicionalmente a través de abordajes externos con excelentes resultados.
Una técnica moderna es la cirugía transnasal endoscópica que tiene la ventaja de evitar las incisiones y cicatrices en la piel. Además, este abordaje preserva el mecanismo de bombeo del músculo orbicular del ojo y produce menos interrupción de la anatomía del cantus medial.
Descompresión de la pared Orbital
ORBITA
La enfermedad ocular tiroidea (también conocida como oftalmopatía de Graves o oftalmopatía relacionada con la tiroides) es la causa más común de proptosis en adultos. Se considera un proceso autoinmune en el cual el receptor de la hormona estimulante de tiroides (TSH) es el blanco probable en la glándula y de la órbita. Los fibroblastos son atraídos a estas áreas induciendo una respuesta inflamatoria severa.
Los síntomas de la enfermedad ocular tiroidea incluyen visión borrosa, sensación de cuerpo extraño, fotofobia, lagrimeo, visión doble y dolor. Clínicamente los pacientes presentan retracción palpebral, hinchazón periorbitaria, miopatía restrictiva y exoftalmos. En algunos casos, la gravedad de la enfermedad puede causar neuropatía óptica y pérdida visual. Cuando esta indicado, la rehabilitación quirúrgica suele comenzar con la descompresión orbital primero, seguida de cirugía de estrabismo y, finalmente, cirugía de párpados.
Tratamiento no quirúrgico de la enfermedad del ojo de la tiroides
La enfermedad de los ojos de la tiroides suele ser autolimitada y la mayoría de los pacientes sólo requieren un manejo conservador, incluyendo lubricación agresiva del ojo, compresas frescas y medidas de protección ocular. Manejar y controlar la disfunción de la glándula tiroides es el primer paso para revertir la orbitopatía. Los esteroides sistémicos y la suplementación con selenio son los agentes farmacoterapéuticos más comunes con resultados positivos demostrados. Una opción más controvertida es el uso de la radiación que ha mostrado resultados inconsistentes.
Manejo Quirúrgico de la Enfermedad de los Ojos de la Tiroides
La descompresión quirúrgica de la órbita es un tratamiento validado de esta enfermedad. Las indicaciones incluyen neuropatía óptica compresiva, queratopatía de exposición y proptosis desfigurante. Los abordajes quirúrgicos para descomprimir la órbita incluyen transcraneal, colgajo bicoronal, transantral, transconjuntival y la técnica endonasal mínimamente invasiva. El grado de recesión del exoftalmos logrado por descompresión orbital está directamente relacionado con el número de paredes descomprimidas quirúrgicamente.
Descompresión del nervio óptico
CANAL DEL NERVIO CRANEAL II
El nervio óptico se divide en cuatro segmentos: intraocular, intraorbitario, intracanalicular e intracraneal. La descompresión endoscópica del nervio óptico se realiza en el segmento intracanalicular. La descompresión endoscópica del nervio óptico requiere experiencia significativa con técnicas rinológicas avanzadas, tecnología innovadora disponible y un equipo multidisciplinario que incluye un Rinólogo y un Oftalmólogo.
La indicación más común para este procedimiento es la neuropatía óptica traumática. El procedimiento también ha mostrado beneficios en pacientes con neuropatía óptica compresiva relacionada con tumores, lesiones óseas u orbitopatía tiroidea. Finalmente, los beneficios de esta cirugía en pacientes con hipertensión intracraneal idiopática se publicaron recientemente en el International Forum of Allergy and Rhinology por Tarrats et .al.