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Fugas del Líquido Cefalorraquídeo

Una fuga del líquido cefalorraquídeo (LCR) conocida en inglés como “CSF leak” se refiere a un defecto en la base del cráneo que comunica el compartimento intracraneal con la nariz y por el cual el líquido puede correr. Las fugas del líquido cefalorraquídeo suelen clasificarse por el lugar anatómico en el cual ocurren (esfenoide, etmoide o frontal). El área anatómica es determinante para establecer el abordaje quirúrgico necesario para una reparación adecuada. Otro aspecto que puede ser utilizado para la clasificación de la fuga es la etiología de la misma.

Fugas traumáticas del LCR (accidental o iatrogénico)

Las fugas de LCR pueden ser el resultado de trauma romo o penetrante en la cabeza. La disrupción traumática de la base del cráneo puede establecer una fuga instantánea de LCR o puede tener una presentación tardía años después con un episodio de meningitis o herniación cerebral hacia la nariz (encefaloceles).

Una posible complicación de la cirugía endoscópica funcional de senos paranasales (FESS) para el tratamiento de la sinusitis es el daño a la base del cráneo con la secuela de una fuga iatrogénica de LCR. Otra presentación resulta de tumores malignos sinonasales que erosionan la base del cráneo creando una fuga de LCR. De igual manera, en ocasiones la resección oncológica de tumores sinonasales requiere la remoción intencional de la base del cráneo resultando en una fuga de LCR también. Un Rhinólogo está debidamente capacitado para manejar todas estas situaciones. Los resultados con la reparación endoscópica de las fugas de líquido cefalorraquídeo (LCR) son generalmente más del 90%.

Hipertensión intracraneal idiopática y los escapes “espontáneos” de LCR

El síndrome de hipertensión intracraneal idiopática (IIH), también conocido como pseudotumor cerebri, es un trastorno neurológico caracterizado por un aumento de la presión intracraneal en ausencia de un tumor cerebral y con una composición normal de LCR. Los principales síntomas son dolores de cabeza, tinnitus pulsátil, náuseas, vómitos y trastornos visuales. Si no se trata, puede causar inflamación del nervio óptico, que podría progresar a la pérdida de la visión. IIH es más frecuente en las mujeres obesas de mediana edad. En esta población, la sella tiene la apariencia radiográfica de una glándula pituitaria ausente porque se llena del líquido cefalorraquídeo como resultado de la herniación dural. Este hallazgo se conoce como síndrome de sella vacía.

El éxito de la reparación endoscópica de estos pacientes es el más desfavorable y en muchos casos el uso de medicación a largo plazo y la derivación ventriculoperitoneal son necesarias para disminuir la presión intracraneal permanentemente.

Encefaloceles

Los encefaloceles sinonasales son protuberancias del cerebro en forma de saco que protruyen a través de las aberturas en el cráneo hacia la nariz. Cada condición discutida anteriormente que puede dar lugar a una fuga de LCR puede eventualmente transformarse en un encefalocele como consecuencia de pulsaciones cerebrales constantes. Los encefaloceles nasales congénitos son defectos del tubo neural causados por el cierre anormal de los huesos craneales durante el desarrollo fetal, lo que resulta en herniación cerebral en la cavidad nasal. Aunque estos defectos están presentes desde el nacimiento, pueden pasar desapercibidos hasta que el niño se presenta con meningitis, deformidad facial o más comúnmente con obstrucción nasal.

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